01 octubre 2017

Talud

La lluvia derribó el corte
que habíamos hecho
en el lomo
poblado de pinos.
Llegó en la tarde
para corregirnos.
Aunque bajó decidida
a devolverle
el talud
a la montaña,
no declaró
sus intenciones.
Se limitó
a cerrar todo
para no permitir
que nadie más pasara.
Nos convertimos
en indefensos
rehenes de la noche.

La lluvia derribó el corte
y se marchó
sin que lo notáramos.
Solo vino a eso.
Aun cuando los helechos
y la hierba cubran
la herida en el barro,
seguiremos recordando
que ese talud es obra suya
y parte de su dominio.

No hay comentarios: